Los
amigos de Scooby-Doo estaban en su furgoneta, pero de repente se pinchó una
rueda y miraron a ver si había alguien y solamente había un castillo. Fueron a
ver si había alguien. Les abrió un mayordomo y les dijo que pasaran. Los llevó
al gran salón y allí había unas cuatro personas más. Se sentaron, pero de
pronto se apagaron las luces y se encendieron otra vez. Apareció el tatarabuelo
de Clift y se apagaron otra vez las luces. Al encenderse ya no estaban ni el
tatarabuelo ni Clift. Todos los que estaban allí, menos la plantilla, se fueron
del castillo porque tenían miedo. Formaron dos grupos entre la pandilla: uno se
quedó en el salón y el otro se fue a la cocina para buscar pistas. Velma miró
todos los escudos y uno era muy raro y fue a verlo: se dio cuenta de que había
una espada que tenía relieve. La apretó. Entonces se abrió un pasadizo secreto.
Mientras
tanto, Scooby-Doo y Shaggy habían cogido dos espadas de las armaduras y se
retaron a duelo. Scooby-Doo, al cabo de un rato, se dio cuenta de que el
tatarabuelo de Clift estaba detrás de Shaggy. Y empezaron a correr los dos. Se
meten en un ataúd y el tatarabuelo cierra el ataúd con pestillo. Cuando el
tatarabuelo se fue del salón, el otro equipo quitó el pestillo para que
pudieran salir. Sus amigos le preguntaron a Scooby-Doo si habían visto a Velma;
y él les dijo que creía que estaba con ellos. Sus amigos le dijeron lo mismo.
¿Conseguirán
descubrir dónde está Velma? ¿Averiguarán quién es el tatarabuelo?
Lo recomiendo para niños a partir de 7 años.
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